Hoy les quiero hablar de alguien muy especial para mí, y también hablarle directamente a él, sólo que no sé cómo resumir tanto que hay por decir en unos cuántos párrafos, sobre todo si de quién quiero hablar es una de esas personas que deja sin palabras a una escritora. Él siempre dice que digo lo que digo de él porque lo veo con ojos de amor, y quizás sea así y quizás no.
Todo comenzó como una serie de eventos que ahora me resultan un tanto curiosos, debo aclarar que yo no creo en las casualidades, pues bien, después de algunos impedimentos para tomar el bendito curso de inglés antes de febrero, ambos acabamos asistiendo a la misma clase, con un montón de chicos/as de carreras diferentes.
La primera semana, típico de mí, asistí con el mayor despiste total y aferrándome a mi núcleo de amigos de mi universidad. Pero la segunda semana, tres bancas delante de mí ¡Dios Santo! Una voz gruesa habló, volteé y lo vi...Todo él parecía tan serio, tan impenetrable; ojos cafés, barba, labios rosas y una sonrisa que debe matar a más de una.
Al principio confundí su nombre con el chico de una banca más adelante. Admito que desde siempre había sido la que ponía nerviosos a los chicos (sin ego), la que se burlaba de como se reían cuando intentaban decirme algo, bueno pues todo cambió, cada que llegaba a la clase, tarde como siempre, no podía evitar reírme cuando pasaba frente a su banca, lo sé, me sentía como de 13 años. No sé si para entonces él ya sabía de mi existencia pero definitivamente él era una razón para asistir dos veces por semana a esa clase.
Un día cualquiera en la facultad de ciencias, con mis amigos platicaba de un asunto personal que me era difícil de discernir, mientras otra amiga le daba un par de números de celular (incluido el mío) a la persona que administraba un grupo de la clase de inglés, sí .... era él y casi de inmediato mi celular vibró y mientras recuerdo mi reacción en ese momento pienso que me debí haber visto sumamente ridícula y eso es decir poco. En fin, podría decir que ahí comenzó todo.
Desde ese entonces conocí a la persona más directa que me he cruzado, un chico coqueto, irreverente, ocurrente y espontaneo a más no poder. Me contó parte de su historia y tras varios meses de compartir mi vida con él les puedo decir que por mucho que le pueda costar, él no es de los que retroceden, es de los que avanzan pese a cualquier obstáculo. Avanza siempre, porque cree en sí mismo y se es muy fiel.
¿Sobra decir que lo admiró? Él siempre me pregunta porqué. Y la verdad es que me dice mucho de él en su actuar, en su hablar y hasta en como me trata. Es el hombre más caballeroso que puedan imaginar, y el de las bromas más simples pero que aún así me hace reír. También es el más moleston, creo que de 10 veces que hablamos 15 le gusta molestarme. Ah y también muy berrinchudo (pero eso no se lo digan).
Yo le gustó, pero a mí él me encanta. Y más que enamorarme del hombre alto, fornido y hermoso, me enamoré de la persona que es, de lo serio o infantil que puede ser, de sus ocurrencias, de la forma en que me mira. De lo humano que es, basta con contarles que una ocasión cuando fuimos a mi café favorito una mosca cayo en mi café y él la sacó con un tenedor y con una servilleta la seco ..... SIIIIII, bastante exagerado también. Pero es autenticó.
Él es una de esas personas que me ha visto en muchas situaciones y en algunas, como nadie más. Tiene mi confianza, y aunque la vida es incierta estoy agradecida por todo lo vivido, por las veces que he estado en sus brazos y las veces que hemos reído hasta que se le sale la baba (no te enojes) hay muchas cosas que decir de él, pero él se describe mejor que nadie....
Te quiero ♥..
__________________________________________________________________________________________________________
P.D: Te debo una comida y ... esto es para ti:
- Dann.
No hay comentarios:
Publicar un comentario