miércoles, 3 de julio de 2013

Cartas a Elliot

A ti amor, mi maldito idiota..

Hoy hacen dos semanas que te pedí que te fueras, las duchas calientes y el aire al balcón siguen sin provocarme nada, el café venido de tus manos por la mañana ya no está. Tu tonta ave se murió ayer, parece sentir tu ausencia. Quizá tanto como la siento yo.

Sí esto llega a tus manos y puedes leer estas lineas, quiero que sepas que esa tarde que nos despedimos pedí estuvieras en el infierno por causar tanto daño, a ella y a mí que nada tuve que ver.  Ahora estoy segura que estás en el infierno, porque me siento oscura y tóxica, tú estás en mí, y yo tengo el infierno dentro.

He enumerado nuestros días juntos. 132. ¿Ridículo no? 

No puedo recordar todo, quizá el orden de las cosas se me va un poco. Sabes como soy. O al menos solías saberlo. 

Sigo sin saber que hacer sin ti. Ese chico, Leo, se acerco en cuanto te fuiste. Lo conoces. Todo dulce, ojos enormes y azules. Un caballero, esperando un sí venido de mí. pero tal parece que tengo un gusto agrío por patanes con piel de oveja. 

¿Dónde estás Elliot? .... Donde quiera que estés, cuida de ti, a pesar de todo, te amo pero también te odio.....Aquel día que me regalaste flores, mis favoritas ahora, dijiste que jamás habías regalado flores. Todo un tipo rudo tú, con tu rostro bello y tu espalda marcada con todos tus años de dolor. Desde un principio dijeron que sería mala idea estar cerca tuyo, no me importó y sigue sin importarme. Te conozco, conozco lo que eres ahora, desconozco lo que fuiste, y lo que hiciste con ella. Eso es lo que más me mata, ¿quién es ella?

No quiero acabar pensando que vales todo este dolor, incluso esos pensamientos de auto causarme daño, pero mi piel, mi cintura, mi cuello, siguen esperando el toque de tus manos. 

Oh Elliot, eres todo un tonto, pero incluso cuando te fuiste, te juraste mío....Sí te vuelvo a ver, esta vez no querría desconocer ninguna parte de ti. Querría saberlo todo, incluso sabiéndolo todo ya no podría odiarte más. 

Dijiste que era la luz en tu camino de oscuridad. Y ya ni siquiera puedo alumbrarme con mi propia luz. 

Pesan los momentos sin ti. Pesa ella y su historia. Pesa el maldito infierno en cada respirar.

Frida. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario