Quizás ese es un tropiezo para comenzar
Hoy no voy a hablarles sobre Elliot, hoy voy a contarles lo que me condujo hasta él y hasta mí.
Pues bien, sucede que en un determinado momento, un momento en el que no podía decidir, tuve que dejar que las cosas pasarán, así como pasan cuando esperas a que llegué el tren o como esperas cuando vas al salón a arreglar tu cabello y sólo quieres que no quede mal. Así espere algún tiempo.
Pero vaya que el miedo me acompañó. Siempre había considerado el miedo como algo que te retiene e impide avanzar hasta que alguien me dijo que el miedo también podía impulsarte a hacer lo que no harías a falta de valor.
Un día el miedo se presentó tal cual era, con sus treinta caras.Y me encontró con mis lágrimas congeladas.
Miedo a mí misma, esa era la "cereza del pastel". Es duro saber que no sabes quién demonios eres, y gracioso haber creído que estar con alguien define quién eres. Gracioso por no llamarle estúpido, claro.
Pero en fin, no busco hacerme un mártir, realmente nadie debería buscar esto, nadie debería culparse o compadecerse por cosas del pasado, sintetizando, aprender y seguir, eso debería ser.
Miedo a andar sola, miedo a encontrarme o crearme, miedo a querer, y miedo a querer dejar todo atrás. Esto último me provoca sonreír, pues a tres cuartos del camino por fin tomé el miedo como impulso y se volvió valor - Dejar todo atrás, cargando solamente lo que te enseñó, no más dolor, no más miedo, más tú - esa, hasta el día de hoy ... mi más deliciosa decisión.
Antes de irme de Kazán papá me dijo que la vida es de decisiones, es algo que jamás olvidaré. Llegué a Francia, lo más blanca posible para reescribirme. Llegué y encontré. Me buscaba más a mí, y para cuando me encontré, él me encontró a mí. Si quedaban algunos miedos por querer, él se los llevó todos. Elliot limpió mi miedo. Ningún miedo es suficiente como para rechazar el amor. Sí he vuelto a querer, es amor nuevo y si vuelvo a sufrir, será sufrimiento nuevo y bienvenido.
Tener miedo, vaya lío, el que en el algún momento haya temido hasta no poder más fue predecesor de mis decisiones de hoy. Hoy con toda certeza puedo decir que las decisiones que se hacen esperar y se hacen a conciencia .... se gozan, se viven y se demuestran.
Frida Obvlin.
Francia.
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Este texto es con motivo y especial dedicación a dos de mis amigas, Elsy y Ann, que su camino siga con la convicción de hasta ahora.
- Dann.
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