Dicen que los ojos perdidos en el vacío son el verdadero acto de atención, cuando te abstraes tanto que miras más allá de lo que tus ojos pueden alcanzar. Y yo estoy pérdida en un mismo vacío con múltiples dimensiones, estoy anulada ante la profundidades de sus ojos. Siempre ha sido lo que más he recordado de él. Su mirada que embauca, y al mismo tiempo, la única manera de saber lo que realmente decía, porque aunque pueda leer el lenguaje corporal, el de él siempre fue otro lenguaje, otros gritos en un cuerpo reprimido.
¿Qué habrá sido lo primero que amé de él? ... Quizás lo primero que amamos de alguien es la manera en la que nos reflejamos en sus ojos, en su alma y en su ser, la forma en la que descubrimos a través de otro cuerpo, como alguien más puede observarnos más dentro de donde nosotros llegamos. Yo para él, era el pozo insaciable de su sed, él para mí, mi infierno, mi tierra fértil, y mil gloriosos y a veces tortuosos espejos.
Una persona por la que darías el alma, pero no la vida, porque sabes que las limitaciones de la vida acaban rompiéndolo todo si no sabes cuidar cada asunto como se debe. En cambio, el alma, aún con sus fracturas, y sus capas de humo, no muere, aún cuando parece que sí, sigue emanando energía de algún lugar desconocido y aún con su velo de oscuridad siempre se reserva para la persona que amemos ... un otoño, de esos plagados de los cambios que se necesitan tras un verano, plagados de la sabiduría anticipada de los que saben las historias del invierno, el alma es, y la vida ya no...
Pero entonces sucede que él te ganó el camino, y ya no tienes ni vida, ni alma... Ya no eres pozo ni tienes a tu infierno, y cuando vienes de un lugar así, crees que ya no puedes perder nada, hasta que te quedas hasta sin ti. Pero para perder, sólo se necesita querer algo, a alguien o simplemente dar un poco de nosotros sin esperar nada a cambio.
Hoy no necesito nada de esta absurda palabrería, hoy no tengo nada y no me encuentro a mí.
¿Dónde estás? ¿A dónde has ido? Ojalá me hayas dejado un poco de tu alma, ojalá eso tuviera de ti, apenas ha pasado un mes y yo no lo creo, pienso que fue hace apenas unas horas cuando en un beso nos repartimos un "te amo".
Y yo ya no puedo, desde que te conocí no has hecho más que dejarme, una y otra vez, y yo no hago otra cosa más que encontrar el camino de nuevo hacía a ti, parece que no se hacer otra cosa que seguirte.
Te amo tanto como te odio, soy tuya tanto como de la tierra, soy la chica más estúpida aferrada a un maldito muerto que decidió dejarme en un mundo lleno de bufones y miedosos vestidos de mil pieles.
No sé si bendecir o maldecir el día que tus ojos embaucadores se posaron en los míos; raro es saber que el infierno que nos creo es caliente y dulce ante el infierno que crean los humanos y es el mismo en el que ahogan su vida.
¿Sabes? De chica, mamá siempre me decía que no era bueno tirarse en los cementerios como si estuviéramos en un parque, pero no parece tan malo si la tierra que me sirve de cama, es también tu lugar de descanso.
Elliot, esta vez no quiero "mostrarte" que la vida se me acabó, porque no, pero definitivamente nuestra historia sí, porque esta carta la empecé en tu primer mes de haberte ido, pero quería terminarla cuando tuviera algo suficientemente bueno para asegurarte que estoy mejor.
Y hoy, a 14 meses, quiero decirte que él nunca será tú, pero cuida de mí como te habría gustado. Ayer le he dicho que lo quiero, sólo como sé hacerlo, y cuando se lo he dicho, el alma me ardió, y no mi amor, nunca nadie te reemplazará, nunca se podrían reemplazar todas nuestras primeras historias, nuestro amor y aún más, nunca nadie puede llenar el vacío que otras personas nos dejan tras el paso en nuestra vida, pero si nos pueden hacer sentir algunas veces más, lo que ya creíamos perdido.
Elliot, quiero hablarte de él, contarte todo con la sinceridad con la que nos hemos hablado siempre, y decirte que le he pedido que no se aleje y él me ha dicho que no lo haría y que yo tampoco lo dejará, porque ya estamos haciendo mella el uno con el otro en nuestras vidas .... y eso fue otro toque a mi alma, pero esta vez no ardió, esta vez me electrificó, como si me hubieran devuelto a la vida, como si comenzará a sentir cada cosa de nuevo, incluso el aire se siente liviano y aunque me es muy difícil fiarme de las palabras, cuando él me habla prefiero leer sus ojos, de ellos sí me fío, él ha llegado sin avisar, me he percatado de lo fuerte de su presencia cuando me vi perdida en su sonrisa y cuando sus abrazos se sintieron como un hogar. Su calor tan franco quiebra mis castillos de hielo y me esta desterrando del infierno con las habilidades de un cazador.
No sé siquiera si creer que puedes oírme o verme, pero hablarte y darte siempre mis confesiones, aminora un poco tu ausencia, Elliot seguiré viniendo y dejando pedazos de la vida en la que me dejaste........
............Te anhelo.
Frida O.
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- Dann.