sábado, 4 de mayo de 2013

A mis amigos...

Por sus momentos, impregnados en mí.

Sin duda que voy a extrañarlos, que me va a costar adaptarme, llegar a la escuela y no verlos diario, sin duda que voy a recordar cada parte suya, cada cosa que los individualiza y que nos une tanto.

Por tu sensibilidad, por la historia compartida que tenemos, los momentos que nos llevaron a ponernos a prueba, cada una y juntas, por haber estado contigo ese frío mes de diciembre y por apoyarme cuando me sentí débil, somos una misma sensibilidad y un mismo caos, escritos en nuestras vidas.

Por darme la franqueza de tus palabras, las disculpas de prejuicios del pasado, por cuidar de mí cuando nadie más se ofreció a hacerlo, cuando me aconsejaste sobre esos temas rojos, por conspirar conmigo, por ser esa quien me da la crudeza de las palabras acompañadas de tal certeza y cariño, siempre serás mi escuchante nada prejuiciosa...

Por tu simpleza e irónica forma de ser, por haberme leído esas noches en las que lo necesitaba, por ser gracioso y un poco excéntrico, por ser tú, siempre, por los momentos de reunión tan esporádicos en tu casa, porque inconscientemente has cuidado de mí, me has aconsejado y yo lo he hecho contigo también, me llevó tus historias y se te quedan las mías.

Por haber compartido conmigo momentos tan especiales, tardes de caminata, mil historias, teorías ridículas y nada comprobables, por haberme dejado entrar a tu vida, por haberme querido como me quisiste y por aceptar mi cariño, por el lazo que nos une, me quedó todo lo que aprendí de ti y cada parte que admiro tanto.

Por hacer que cambiará mi manera de verte, tan sensible y cariñosa  y a la vez tan fuerte ante las adversidades, por escucharme y sostenerme, por guiarme y por compartir nuestras ideas utópicas en clase, hasta el fondo del salón, creyendo que las palabras que fluían de nosotras con tal vitalidad eran (y son) más importantes que cualquier clase de economía, por tu fidelidad, me llevó tus filosofías y nuestras historias.

A todas y todos los demás, por compartir conmigo sus historias, sueños y miedos, lágrimas, estrés y risas sin parar, por la convivencia que diario teníamos en el salón o en la explanada de la escuela, por darme su amistad, su cariño y una parte de sí ....

* * * * * 

Un verdadero placer haberlos conocido, si la vida nos permite frecuentarnos será un inmenso gusto y sino .... cada historia suya se va conmigo.

- Dann-

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Cada párrafo, lleva un nombre....

jueves, 2 de mayo de 2013

18 años y en una rotonda.

Inestabilidad pura..

A mi corta vida ya me siento segura de decir que no hay ser humano más cambiante e inestable en su vida que el adolescente. 

Modas, alcohol, sexo, escuela, familia. "Muchos vectores, jalando en distintas direcciones". Muchos cambios constantes y que nos sacan de órbita y que los adultos no comprenden, hasta pareciera que nunca tuvieron nuestra edad.
Los adolescentes somos masas buscando dirección e identidad, a veces nos dejamos llevar por pasiones - que en está era poco dejan -, mas estas mismas pasiones exigen todo de nosotros, y también nos dan grandes desilusiones, golpes y pequeños éxitos, muestra apenas de lo que podría ser la vida. Una banda, arte, escritura, música, sea lo que sea que ocupé nuestro tiempo y esfuerzo a está edad ... debería dejársele vivir, ¿por qué? Porque los sueños son alcanzables sí se les plasma en la realidad, porque uno es "loco" hasta que consigue el éxito, entonces se dirá que siempre fuiste un luchador aguerrido...y ¿por qué no desde siempre? Desde que fallaste una y otra vez buscando lo que nos apasionaba, desde que nos cerraron puertas en la cara diciéndonos que estábamos muy chicos. Porque los sueños y la vida se engendran en un mundo abstracto y DESAFIANTE de la realidad, pero es porque al final...maquila como engranes  perfectos, la realidad y la mente.

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Y sí bien, la adolescencia es multifasetica, hay que ser multifasetico aguerrido, las pasiones exitosas vienen acompañadas siempre de un gran desafío «engranar con el mundo real y con uno mismo».