martes, 7 de julio de 2015

Vistas al pasado

En el presente. 

Está mañana salí a caminar, de nuevo estoy en casa, furiosa porque no debería estar aquí, nadie me dice porque estoy en mi año sabático sin pedirlo, nadie me ofrece ninguna respuesta y yo no hago nada más que ofuscarme, tocar y tocar porque me ayuda a distraerme. Comienzan a dolerme las articulaciones pero poco de eso importan. 

No tengo con quién hablar, desde que Finn perdió a su hijo, y yo, prácticamente a un hermano, hemos tomado un distanciamiento enorme. Ahora ni siquiera él puede venir a platicar conmigo. Papá se la pasa encerrado en su estudio, mis hermanos en sus colegios y mi madre, ella no es una opción para mantener una conversación mínimamente cuerda. 

Así que a hurtadillas aquí estoy, cruzando un viejo puente, uno que solía andar con Eliod; cuando de repente comienza a caminar hacía mí, todo él tan imponente como lo solía recordar, su espalda ancha, su cabello perfecto y su sonrisa tan ancha. Siento que mi mundo se cae, siento que voy a vomitar, es simplemente demasiado, me arqueó y él se acerca, sus manos me tocan y yo caigo. 

Minutos después estamos del otro lado del puente, yo estoy sobre su pecho y él me observa detrás de sus pestañas rizadas. Estoy helada. Levantó mi mano para tocar sus mejillas y mis dedos sienten un cosquilleo por su barba en crecimiento pero también sienten algo más, su calor, tan inconfundible, él está totalmente cálido, vivo y frente a mí. 

No sé si es un sueño, sí estoy de nuevo en un cuarto acolchonado o mi mente me está jugando una broma, pero estamos aquí. Me levantó y finalmente cuando lo hago él me toma en sus brazos y yo no hago otra cosa más que hacer lo que siempre hacía, cobijarme en su pecho mientras el sueño sigue, encerrada en sus brazos escucho latir su corazón, está agitado igual que el mío. 

Siempre creí que cuando nos volviéramos a ver vendrían miles de reclamos de mi parten, tantos como pudiera darle, pero no, en cambio, lo único que hago es llorar sin medida, él me calma de la mejor manera que siempre lo había hecho, con una de sus bromas tontas e interiormente me reprochó, no debería reirme, tengo que estar furiosa con él. Pero estoy más que cómoda. 

Platicamos hasta que llegará la noche, sobre mil cosas, evitando siempre el pasado. No necesitábamos tocar el dolor de ambos, solo nos necesitábamos, quizás sólo por el momento, real o no real los dos dejamos las peleas por este pequeño momento que teníamos en el presente. Sé que quizás mi madre no me lo crea, me de varias pastillas y me meta a la cama, pero es demasiado como para que me lo quedé yo, necesitó que alguien me aclaré cual es la verdad. 

Llegó a casa y cuando mi madre me pregunta con quién he estado toda la tarde, yo sólo digo:

Con Elliot.

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

- Dann.